buscando en los archivos de la iglesia

estaba dándoles las velas de cera más caras a la iglesia recibiendo el oro cuando una sala de libros salvajes apareció así que tranquilamente entro a esta y empezó a buscar información sobro problemas con los amigos como una biblioteca de alguna ciudad civilizada... lo que no era el pueblo....

se rasco la cabeza al ver la cantidad de pergaminos que había y lleno de dudas decidió preguntarle al joven que encontró en el lugar para preguntarle acerca del tema de investigación

"¿Se te ofrece algo? ¿Buscas algo en particular? ¿la salida por ejemplo?" sonriò



esquivo el libro por pura suerte y sonrió al extraño chico…- no, no busco la salida, aun. Quería saber la información que hay sobre las amistades extrañas… ya sabes libros de consulta que no estuviesen enmohecidos … no pareces un bibliotecario convencional- intento ver que leía…- que haces en un sitio como este…

ha ha ha no no lo que tengo es amigos... lo malo es que no se que tam bueno sea mi seleccion de amigos... supongo que tal ves lo lea.... pero eso me llenara de mas problemas.... -al verlo tan a la defensiva sonrio- acaso estabas leyendo alguna novela de suspenso o algo mas fueeerte- le guiño el ojo... mirando hacia la puerta... tratando de evitar a alguien sospechoso entrar... algo comun en una iglesia con tantos cazadores....- empeso a leer aqui segun devo saludar y dejar hablar a la persona en cuestio... ¿puedo usarte como chivo expiatorio?- dijo entretenido hablando en vos baja para no llamar tanto la atencion.

El cepo estaba siendo desatendido así que era solo natural que lo abriera y revisara cuanto dinero había de las limosnas de ese dia, y quizá tambien tomar unas cuantas monedas, después de todo, era un hombre de dios que trabajaba para la iglesia y ese dinero es para la iglesia. Camino en silencio con un puñado de monedas en la mano hasta que se adentro a la biblioteca del lugar, nunca hay nadie allí, podría contar su dinero sin problemas.

Escucho ligeros murmuros y justo al dar la vuelta vio una escena poco común en esa area, personas.

-¿Cuando llegaron ustedes aqui?- pregunto curioso -Parece que traman algo...- dijo ocultando las monedas en un bolsillo de la tunica intentando sacarse de dudas.

agarro el libro y lo abrió encontrando imágenes de hombres lobos y criaturas mitad gato totalmente lejos de parecerse a los reales por lo que empezó a reír...- pura ciencia ficción... no me digas que te interesan esta clase de criaturas... acaso te gustaría ver unicornios reales y ángeles?.... - luego de un momento percibió una presencia... ese sonido lo reconocía eran monedas de oro... debía de ser alguien rico pero...

Al voltear y mirar el monje sintió que se le hacía familiar... ¿de dónde lo conocía?....- haaa eres el del cabello tupido del bar...- no se podía acordar del nombre así que intento acodarse- eras.... Noel? -alzo una ceja dudoso...- ¿nosotros tramar algo? para nada... que se puede tramar con libros de ayuda... - se mordió los labios pero al final no pudo guardarlo- ¿ese no es el dinero de los diezmos?- señalo donde escucho por última vez las monedas...

-Noah- Dijo un poco irritado, giro los ojos hasta que hoyo algo que le pareció acusación
- ¿ese no es el dinero de los diezmos?-
-... Claro que es el dinero de los diezmos... si si... solo lo tome para entregarselo al señor personalmente-

La otra persona en la biblioteca salió de sus vistas pero al ver que se apresuraba a salir de alli noto que no se iba de la biblioteca ya que a sus espaldas estaba la puerta -¿De que se esconde ese?- dijo señalando hacia la dirección en la que se marcho.

sonrió y se tapo la boca para no hacer escándalo se imagino por un instante lanzando el dinero a "su amigo imaginario" o en el mejor de los casos solo se lo robaría...- que considerado de tu parte llevárselo a dios...


-¿De qué se esconde ese?- dijo señalando hacia la dirección en la que se marcho. - miro hacia donde había escapado el chico raro...- bueno no lo se... pero hay una manera de averiguarlo- dijo intrigado... - tirando el libro inútil que había tomado de " autoayuda"... quien necesitaba leer si se encontraba en una duda existencial- tal vez quiere jugar a las escondidas... como un crio... o peor... leer los archivos prohibidos y censurados que esconde la iglesia....- bien noah yo sé que es importantísimo andar contando el dinero que le darás al señor... pero como monje ¿no es tu deber guiar a los humanos al buen camino?- estaba entusiasmado por molestar al humano escondido un momento mas- por cierto debes de ser amable al parecer está leyendo historias de unicornios y hombres lobos... todos sabemos que no existen.... ( cof... o tal vez si pero debía aparentar que no los invocaba)

se asomo viendo que el bibliotecario estaba completamente dormido hasta roncando… - “Ho, está el campo libre” - uso el termino bélico para referirse que estaban a salvo y en un minuto para después busco a nickolas para hablarle.

No entendía cual era la gracia de seguirlo.
Claro que los escuchaba, estaban a unos 5 o 3 estantes de donde se encontraba él... pero no por eso iba a revelar su ubicación. Además, tenia cosas más importantes que hacer que lidiar con esos dos casi conocidos.
Mientras más lejos estén, mejor.
Solo esperaba que al tal Noah no le diese por darle sus cosas a su amigo imaginario. Podía pretender ser un hombre santo con agradables gestos y cabello alborotado, de todas formas le daba muy mala espina.


Tanteaba con sus dedos sobre las gastadas portadas, descartando los idiomas que fácilmente entendía.
Se tuvo que quitar el parche para leer mejor, tomando entre sus dedos un libro gordo y desaliñado. Escrito en islandés y con ilustraciones rusticas a carboncillo. Saco de su bolsillo un pequeño artefacto, similar a una estatuilla grabada. Revisando las páginas, con cuidado de no romperlas, tratando de encontrar una imagen que se le parezca.
Si tal vez tuviera más luz...
Nickolas escucho algo romperse a lo lejos, se sobresalto, por suerte no se cayó de las escaleras.
-ojala no hayan aventado mis cosas- pensó.
Trato de ignorarlo y volver a su búsqueda, pero el crujir del suelo lo distrajo nuevamente, y sentir que el estante de libros tras de él se desplomaba en cadena no lo ayudaba a seguir oculto.
"mierda"