REGY ONEGAI

Era una fría tarde, casi de noche, en la ciudad. La niebla cubría las calles y el piso estaba húmedo por una reciente ventisca. Los alrededores se encontraban vacíos, la gente aparentemente prefería estar en sus casas o en las tabernas calentándose... y no era la excepción para Salvatore.

Alrededor de veinte cerillos estaban tirados a los pies del rubio, algunos rotos, otros quemados. Hubiera sido más fácil para Salvatore si sus manos no temblaran tanto para prender el fuego.

Una vez que logró encender un cerrillo, se reclinó y usó toda su habilidad para prender los leños de la vieja chimenea y crear una pequeña llama. Normalmente no tenía problemas con el fuego a pesar de su condición. Puso una olla con leche sobre el fuego.

Se incorporó nuevamente y finalmente abrió los ojos para dirigir la mirada a su invitado.
-No dejaré que vagues por la calle con este frío- Dijo antes de calentarse las manos con su aliento- Incluso dentro de la casa se siente de esta manera- Cortó algunos pedazos de pan y queso en la pequeña mesa de madera que estaba entre la chimenea y el sofá y se dirigió a una de las habitaciones traseras de la casa.

Tardó unos cuantos minutos y volvió con unas mantas.
-Podemos cenar en la sala por hoy- le dijo a Regi mientras le dejaba las mantas en su regazo. Era un ciego bastante activo. Sirvió leche caliente en un tarro para el joven y la dejó sobre la mesa.

Finalmente se sentó junto a él y tomó una de las mantas para taparse completamente y solo dejar su cara descubierta. Dejó al chico comer y beber en silencio.

...

-REGI QUIERO UN TRAGO- Dijo a manera de berrinche recargándose en el hombro del otro - Pero siento tu desprecio cuando me ves tomar (ese delicioso) whisky- Se cubrió completamente con la manta.

Regy solo observó en silencio durante todo el rato. Salvatore no podía ver que lo que menos le importaba era el frio, después de todo el era originario de tierras mas altas y no tenía problemas con un poco de nieve.

Momentos antes, Regy había terminado un trabajo y en su camino por la ciudad se habia encontrado con un extrañamente sobrio Salvatore. Por su sorpresa lo había saludado amigablemente y poco después ya había aceptado su invitación de pasar esa -fría- noche en su compañía-

Pues no está mal... pensó tranquilo tomando unos trozos de pan.

Observó a su alrededor. Esa casa no cambiaba ni un poco, entendía razones pero aun así era algo interesante. Por su mente pasaban ideas de cómo desorientar a Salvatore en su propia casa y tener un rato divertido pero en un instante ese pensamiento desapareció.

-REGI QUIERO UN TRAGO Pero siento tu desprecio cuando me ves tomar (ese delicioso) whisky-

Lo miró de reojo y lo ignoró al principio mientras comía, pero luego le contestó con tono alegre.

-Vaya... te importa mas ese desprecio que tu trago? Ni si quiera puedes verme como para saber si estoy enojado. Eres un hombre adulto, has lo que quieras.- Tomó entre sus manos en tarro caliente de leche y empezó a beber en silencio mientras miraba de reojo a Salvatore, esperando una reacción

-Vaya... te importa mas ese desprecio que tu trago? Ni si quiera puedes verme como para saber si estoy enojado. Eres un hombre adulto, has lo que quieras.-

-No necesito verte- Dirigió la "mirada" a Regy- no eres el tipo de persona que pasa el tiempo conmigo por lástima, por eso eres una de mis personas favoritas.

Salvatore se quitó la manta de la cabeza y puso sus manos en el rostro del otro. Tocó el ceño del otro y de ahi prosiguió a lo largo de su nariz hasta tocar sus labios.

-...la verdad es que si necesito verte- Dijo sonriendo

Alzó las cejas incrédulo al escuchar que era una de sus personas favoritas. Lo que le llevó rapidamente a pensar en la suya. ¿Tenía una persona favorita? ¿Cómo sabría que alguien es su persona favorita? Estaba a punto de realizar una profunda reflexión pero entonces sintió las manos de Salvatore sobre su rostro. Ya no le sorprendía.

-...la verdad es que si necesito verte-

Lo miró confundido, su expresión parecía diferente y ese comentario le había dado varias cosas que pensar... una de ellas...

-Tengo leche en los labios, estúpido- Le dijo sin gesticular mucho para no "perturbar" el tacto del otro, aunque no entendía porqué le importaba. Se alejó un poco.

-¿Que diferencia habría si pudieras verme? - preguntó bajito. - ¿Por que quieres verme?

-¿Que diferencia habría si pudieras verme? - preguntó bajito. - ¿Por que quieres verme?

Salvatore quitó las manos del rostro del otro tranquilamente y se sentó correctamente en el sillón.
-Cuando alguien es tan especial para ti...- Masajeó su ceño con el dorso de su mano, realmente quería decir mucho- ... es como si quisieras hacer todas las cosas que no puedes con esa persona...- "miró" a otro lado- ...y conocerle de todas las formas posibles... lo que le gusta, lo que no le gusta, lo que hace o quisiera hacer e incluso... como se ve... o se siente al tocarle- Sonrió antes de calentar sus manos con su aliento.

-Eres joven, pero se que lo entiendes bien- Sonrió ampliamente antes de robar su bebida a Regy y darle un gran sorbo solo para distraer de si mismo la tensión que se había creado. Por un momento sus labios temblaron

Cerró los ojos y acompañó la expresión con una sonrisa de alivio
- Te quiero de una manera que no podrías entender-

-Umm...- Se alejó un poco mas de el. Parecía que estaba entendiendo demasiadas cosas a la vez y no estaba seguro si estaba entendiendo de la manera correcta.

-Estoy confundido- Dijo sincero, aventurándose a explicar sus suposiciones.

-No se si quieres adoptarme o... comprarme.- Su sinceridad era un rasgo importante de su personalidad y a veces se odiaba un poco por eso.

-Si es la primera, en realidad no necesito papás. Si es la segunda... pues, no me vendo así- alzó los hombros, Salvatore tenía razón. Era joven pero entendía bien.

-Pero conozco a algunas personas que si podrían... ayudarte- Su voz se escuchaba tranquila, intentando sonar maduro ante ese asunto pero no podía evitar sentirse algo nervioso y apenado en el fondo.

-Pero conozco a algunas personas que si podrían... ayudarte-

Salvatore se esforzó para no reír tanto.
-...haha, Regy, pero yo te quiero a ti- comentó tranquilo señalándolo mientras una sonrisita se dejaba ver en su rostro- Daría cada centavo que tengo ...por ti- Le dio una palmada en el hombro, lo suficientemente fuerte para desestabilizarlo y dejarle un buen moretón

- Deberíamos intentarlo- Poco a poco Salvatore se movió hasta quedar sobre Regy y comenzó a acercarse su rostro cada vez mas al del otro con obvias intenciones.

-OW- se quejó ante el golpe y miró al otro desconcertado.

Cada centavo que tiene... pensó sorprendido. ¿Sería mucho dinero? ¿Y si fuera poco? ¿Estaba dispuesto a eso?

Empezó a respirar agitadamente, ese pensamiento lo había estresado mas de lo que hubiera querido, y mientras su mente estaba intranquila Salvatore ya estaba demasiado dentro de su zona de comfort.

-Ah.... d-de cuanto estamos hablando?- preguntó notablemente nervioso, quitando la cara de Salvatore de encima con una mano. No estaba ebrio, lo que significaba que eso era lo que en realidad queria... Suspiró desganado.

Tenía que pensarlo bien... si cruzaba esa barrera probablemente podría agregar otro título a su profesión de mercenario. No le gustaba, pero con suficiente dinero podría dejar ese aburrido pueblo.

Salvatore se detuvo en seco al ser empujado. Facepalm.
-Que? No te pagaré para que hagas ese tipo de cosas!- Comentó sobresaltado-... n-no es eso lo que quiero- Recuperó la compostura y se sentó en el sillón como debe ser- ...soy terrible para esto-

Un silencio incómodo se apoderó de la habitación, fue eterno aunque no duró mas de cinco segundos antes de que volviera a calentar sus manos con su aliento.

-... déjame contarte algo- se cubrió con la cobija, es una vieja historia mediterranea...- ...Hace mucho, mucho tiempo, todas las personas tenían cuatro piernas y dos cabezas...un día los dioses arrojaron rayos y partieron a todo el mundo por la mitad. Cada mitad se quedó con dos piernas y una cabeza, pero la separación hizo que en cada parte quedara un fuerte anhelo por reunirse, porque compartían la misma alma, y ...-

Salvatore se abalanzó sobre Regy y le robó un beso en alguna parte de la cara, esperaba que hubiera sido en los labios, pero se sintió como un ojo. No tardó mucho en volver a sentarse correctamente en el sillón y cubrirse por completo con la manta.

-...desde entonces todaslaspersonas sepasan lavida buscandolaotramitaddesualmaFIN- dijo rápidamente

-UGHHH- se quejó ante lo ocurrido, ante su historia y ante todo en general.

- Creo que voy a dormirme ya.....- se puso de pie y dejó solo a Salvatore en el sillón. Afortunadamente el no podía ver la variedad de expresiones desagradables que estaba haciendo.

- Y deberías ir por ese whisky.... tal vez estar ebrio es tu estado natural y pensante- No estaba bromeando. Aquello había sido incómodo e inesperado. Comprendía lo que intentaba el otro pero era muy malo MUY MALO para eso y Regy tampoco era un experto.

Resopló cansado. Ni siquiera estaba seguro de lo que el sentía por el rubio o como hubiera actuado si Salvatore no fuera tan estúpido con sus decisiones.

-Uh... buenas noches.