¿Quieres unas monedas? (Reginal)

Salvatore caminaba por una calle oscura. Era una de esas noches en las que le habían negado la entrada a la iglesia por estar muy ebrio. Sin embargo después de pasear un rato ya estaba un poco mejor.
Todo era tan silencioso, con excepción de sus agudas pisadas en las que resonaba la placa metálica de uno de sus zapatos con cada paso y el sonido de su bastón al tocar el terreno.

Escuchaba con atención a la gente que pasaba por ahí o las voces que sonaban dentro de las casas hasta que pudo escuchar el sonido de la respiración de alguien más.

Caminó hasta que según el quedo en frente de esa persona -¿Sabes que calle es ésta?- Preguntó mirando a la nada, aunque claramente sus ojos miraban fijamente la boca del otro.

Regy lo miró extrañado y señaló un letrero cercano en donde se indicaba el nombre de la calle. Luego se alejó un poco, intentando ignorar al ebrio y se sentó en la entrada de una casa para comer algo.

Con cuidado sacó de entre su ropa un pedazo de pan y empezó a comer tranquilo, en unas horas tendría que ir a trabajar y luego si tenía suerte le aceptarian una vez mas en la iglesia para pasar la noche. Una vida perfectamente planeada.

Alzó la mirada distraído y notó al hombre de hacia unos momentos.

"hey... estas bien?"

Salvatore se quedó inmóvil esperando respuesta del otro, es probable que no se haya dado cuenta de que el joven se movió de lugar.

Reginald Green escribió:

"hey... estas bien?"

Giró la cabeza hacia donde provenía la voz y se aproximó al joven.
-Oye no tengas miedo, soy un ebrio de los buenos... solo necesito que me digas el nombre de la calle por favor- Se sentó a un lado del joven, no fue por voluntad propia, sino porque su equilibrio fallaba torpemente.

-... muy bien creo que me sentaré aquí por un momento y...- Sin cuidado puso su mano en el rostro del chico para construir una imagen mental de su cara- Eres nuevo por aquí, no es así??

-Ningun ebrio es bueno- susurró con la boca llena cuando sintió la mano extraña sobre su cara. -Que diablos te pasa??!!- se quitó la mano de encima y se levantó, guardando el resto del pan en el bolsillo de su ropa y mirando al ebrio desde arriba.

-Ningun ebrio es bueno! y mucho menos los que creen que pueden ir manoseando a quien quieran!- gruñó enojado y empezó a caminar en dirección contraria al hombre.

-... y esta es la calle central. No es bastante obvio?-Le respondió sin detenerse.

La calle central?- Sonrió mientras caminaba detrás de el rápidamente para alcanzarlo- Espera! Niño oye, espera, hey niño! oyeee!!- Se quitó un zapato y lo lanzo a la cabeza del otro.
-Oye llévame a mi casa- Dijo tambaleándose sin su bastón- Y NO ES POR CIEGO!!!...es por ebrio...y te daré dinero y joyas...Bueno no tengo joyas, pero puedo robarlas para ti si me llevas a mi casa...

-QUE DIABLOS TE PASA? IDIOTA!!- le gritó al sentir el impacto en su cabeza, apenas por las palabras del otro empezaba a notar la ceguera, lo consideró por unos segundos. Era una oportunidad después de todo...

-Solo te llevare si me das comida caliente y un lugar para dormir esta noche... si me mientes lo sabré, pedazo de animal.- Le habló con desprecio, definitivamente no le gustaba la gente alcoholizada, pero haría una buena acción para el pueblo si quitaba a ese imbecil de la calle.

Reginald Green escribió:

-Solo te llevare si me das comida caliente y un lugar para dormir esta noche... si me mientes lo sabré, pedazo de animal.

-Como podría mentirte si ni siquiera recuerdo donde vivo?- Le sonrió- Puedes tomar lo que quieras de mi casa... ah solo que esta un poco quemada... creo que las cortinas, y la puerta y la sala...- Miró hacia abajo teniendo una extraña imagen mental de su casa. Sacó un papel de uno de los bolsillos de su saco y se lo dio al joven

- Mi dirección...... un monje de la iglesia la escribió... Ah por cierto,¿Cuál es tu nombre muchacho?...- Se agachó torpemente a levantar su bastón del suelo, pero solo lograba manchar sus manos con lodo, ya que el bastón estaba algo lejos de el- Tu rostro joven me recordó a mi amada Elizabeth!- Sonrió a la nada

Suspiró desganado, sería una noche dificil.

-Quien diablos es Elizabeth...- se preguntó a si mismo sin demasiado interés.

Tomó el papel y lo observó con dificultad. Estaba demasiado oscuro como para leer y peor aun...

-No se leer...- Dijo dandole la vuelva a la dirección. No habria problema si pudiera comparar las letras del papel con la señalización del pueblo, pero la noche ya estaba muy avanzada y poco se veia con la tenue luz de faroles.

Tomó el bastón sucio y se lo entregó a Salvatore, ensuciando tambien su ropa, no que importara demasiado.

-ah... y no necesitas saber mi nombre y tampoco me importa mucho el tuyo.

-No se leer...ah...-
Salvatore se llevo una mano a la frente y bajo la cabeza
-Muy bien... ninguno de los dos puede leer...-

y no necesitas saber mi nombre y tampoco me importa mucho el tuyo.
-De acuerdo, esta bien, como desees, Elizabeth- Comenzó a caminar delante del otro
- Dime, ¿estamos cerca de la catedral?, está a la derecha o a la izquierda de mi?.... Te lo ruego estoy completamente desorientado- Dijo ligeramente desesperado- además quiero ir al baño!!

-No me llames así... la próxima vez solo me alejaré y te dejaré aqui...- Dijo con total seriedad mientras caminaba detrás.

-Si... la catedral está a unas 3 calles de aquí, hacia la derecha. Y puedes hacerlo aquí es de noche y no hay nadie cerca... a nadie le importará. Anda, a tu lado está la pared de una casa, úsala. - Su tono era tranquilo, no quería demostrarlo pero verdaderamente tenia muchas ganas de dormir por lo menos un par de horas para luego poder ir a hacer unos mandados que le darían suficiente dinero como para poder comer carne al dia siguiente. ah... carne

-No me llames así... la próxima vez solo me alejaré y te dejaré aqui...-
Salvatore sonrió ante el desafiante comentario.

-Si... la catedral está a unas 3 calles de aquí, hacia la derecha. Y puedes hacerlo aquí es de noche y no hay nadie cerca... a nadie le importará. Anda, a tu lado está la pared de una casa, úsala. -
Salvatore miró al joven... o algo así
-Ya es muy denigrante no poder ver y estar ebrio como para ponerme a orinar en medio de la calle- Comentó indignado. Lo único bueno es que mi casa está muy cerca de aquí, puedo sentir su olor a madera quemada- Dijo sonriendo- Y letrina... dulce olor a letrina.

-¿Tienes pena? Eso es ridículo, tienes suficientes excusas como para orinar donde quieras. En primera, estar ebrio, luego, eres un pobre y miserable ciego- Alzo los hombros, no comprendiendo el por que de su indignación.

-Ew, bueno, anda y guiame a tu choza o lo que sea... cuidado con el excremento de caballo... y con el caballo-

Reginald Green escribió:

pobre y miserable ciego
pobre y miserable ciego
pobre y miserable ciego

El ciego giró para quedar de frente al otro.
-Escucha muchacho, estoy dispuesto a darte comida y techo, pero no me llames pobre y miserable...mucho menos ciego, entiendes!?- Tenía una forzada sonrisa en el rostro.

-Ew, bueno, anda y guiame a tu choza o lo que sea... cuidado con el excremento de caballo... y con el caballo-

Esquivó el caballo pero no tuvo tanta suerte con el excremento. Caminó delante del joven refunfuñando tratando de olvidar lo que dijo de el.
-Esa es mi casa y esta quemado el frente porque una cabra prendida en llamas corrió hacia adentro- Señaló mientras se tambaleaba tratando de quitar el resto de popo de caballo de su zapato.

Abrió la puerta de la casa pateándola, el cerrojo ya no servía. Invito al joven a pasar y tranco la puerta con un tronco.
-Haz lo que quieras... YO (en voz alta) iré a la letrina- Dijo feliz mientras aventaba su bastón al suelo y corría a la parte trasera de la casa.

off----

Spoiler:

Citación :

-Escucha muchacho, estoy dispuesto a darte comida y techo, pero no me llames pobre y miserable...mucho menos ciego, entiendes!?-

-Si, si, lo que digas- Caminó y acarició suavemente al caballo, luego de un salto esquivó el excremento.

Citación :

-Esa es mi casa y esta quemado el frente porque una cabra prendida en llamas corrió hacia adentro-

-... bueno. Que bueno saberlo- Sonrió de lado, entrando con cuidado. El lugar era amplio y el olor de la madera quemada minaba el lugar aunque a el no le importaba. No muy lejos divisó una especie de sofá, ya podía visualizarse durmiendo en el.

Oh si... pensó mientras se acercaba y tomaba asiento. Aun tenía algo de hambre pero "dormir" subió rapidamente en su lista de prioridades. Sonrió aliviado, acomodandose despacio en ese lugar.

Salvatore salió de la letrina con una evidente expresión de alivio en el rostro. Se dirigió tambaleándose al tiempo que tarareaba una canción infantil al lugar donde por ultima vez escucho al joven. Comenzó a palpar el sillón donde el suponía que se encontraba el joven hasta tocar su cara, meter un dedo en su nariz y limpiarlo en su cabeza (de el).

-¿Sigues despierto?- Pregunto sonriendo mientras se quitaba la corbata y arremangaba su camisa hasta el antebrazo- Vas a tener dolor de espalda si duermes en ese viejo sillón- Lo cargo como si se tratara de una mujer y lo llevo hasta un cuarto. Es muy probable que Salvatore haya golpeado la cabeza del joven con el marco de la puerta. Sin cuidado lo "depositó" en la cama.

-Descansa- Le dijo levantando las cejas y sonriendo

Se quitó los zapatos, calcetines y los tirantes para después tomar asiento en una silla cercana a la cama y revolver su cabello. Echó su cabeza hacia atrás recargandola en el respaldo para tratar de conciliar el sueño

-urk- se quejó al sentir el dedo en su nariz, habia quedado dormido tan rapidamente que ni siquiera se molestaría en darle un merecido golpe al rubio.

Pronto regresó a su mundo de sueños, una porcion del sillón ya estaba húmena por la saliva que le escurria por la comisura de los labios lo limpio... luego pensó sin atribuirle mucha importancia, entonces se sintió flotar. Uno de esos sueños en donde puedes volar... pensó entre sus delirios con una sonrisa hasta que sintió el golpe contra la puerta y luego contra la cama.

Citación :

-Descansa-

-Eres... un idiota- murmuró adolorido, entre abriendo los ojos para verlo por un par de segundos antes de volver a caer inconsciente.

----Al día siguiente----

De alguna manera a la mitad de la noche Salvatore se cambió de la silla a la cama con el joven. Tenía una almohada tapando su cabeza y los pies helados, estaba en posición fetal abrazando al otro.

Despertó con una terrible resaca, el cabello completamente despeinado, los ojos rojos y la boca seca. Escuchó la respiración del joven y rogó porque no se moviera, no despertara, no hablara ni hiciera ningún ruido. Decidió levantarse y caminar a un depósito que agua que conservaba en su cocina, solo para lavarse la cara, las manos y mojar un poco su cabello. Regresó a la habitación y movió al joven.

-Hay comida en la cocina, toma lo que quieras- Dijo con una expresión de dolor... dolor de cabeza- Y.... no hagas tanto ruido al levantarte por favor...- Volvió a acostarse en la cama junto al otro- ... por cierto... ¡Cual es tu nombre?...-

-Ya te dije mi nombre ayer... no recuerdas?- mintió aun con los ojos cerrados

-mmh comida...- susurró con cansado entusiasmo, removiendose entre las sabanas e intentando levantarse despacio. Hizo caso a su hospedador, salio con cuidado de la cama y empezó a caminar de puntitas hasta la cocina hasta que recordó algo importante...

-NO FUI A TRABAJAR AYER??!!!-

-NO FUI A TRABAJAR AYER??!!!-
- No hagas ruido, Elizabeth- Se levantó lentamente, al parecer ya no podía dormir más- Abrió un cajón de la mesa de noche y sacó una bolsa de tela, se la aventó al otro en la cabeza.

-Ahí está tu paga por traerme a casa... o algo así- Se levantó frunciendo el ceño por el dolor de cabeza- Creo que con eso podrás vivir bien el resto de la semana - Sacó una botella de vino de la alacena y la puso en la mesa de la cocina junto con unos pedazos de pan y queso. Tomó asiento en la cocina- Te felicito por tener trabajo y no estar mendigando en la calle- Recargó la cabeza en la mesa- Juro que jamás volveré a tomar- Dijo en voz baja

-ACK!!- la bolsa le causo un dolor intenso- Tu... tu no eres ciego!!- Recogió la bolsa y se asomó a ver el dinero- Wow...ok, no importa, sigue jugando a que eres ciego, no diré nada.

Se sentó apresurado a desayunar y felizmente empezó a comer.

-aha... como sea, mendigar en la calle no es tan facil como parece eh- habló con la boca llena- No con todas esas personas ofreciendome dinero en los callejones o diciendo que me lo darán "en su casa" cough! umm no tienes... leche o algo asi?-

-No hay leche-
Levantó la cabeza para dirigir su "mirada" perdida al otro- Finalmente estas en mi casa - comentó desganado mientras le servia vino en un tarro- Ya te dije que soy un ebrio de los buenos- deslizó el tarro por la mesa hasta dejarlo frente al joven.

-Vives por aquí? Podríamos buscar a tus padres, seguramente están preocupados.... con tantos brujos quién no lo estaría- Comentó tranquilo

-hmm...- tomó el tarro algo dudoso, sería suficiente un trago para poder pasar el pan. solo un traguito- Eww...esto es bastante asqueroso- pero de todas formas lo tomó con mal gesto.

-Haha... pues hoy viví aquí- rió mientras tomaba un pedazo de queso- Mis papás están ...- estaba a punto de decir "muertos" pero entonces recordó que no quería terminar en un orfanato o algo similar. -. están ... de viaje. SI, em... fueron a... IRLANDA, a visitar a... mi... ABUELA MUERTA, digo, ENFERMA. SI, abuela enferma en irlanda.

-Claro- Sonrió ante el "dudoso" comentario del menor

-Eres bastante tierno...- Dijo sin cambiar su expresión de incredulidad- ¿te gustaría ser mi hijo?... oh claro, hasta que tus padres vuelvan de su viaje- Dijo masajeando sus sienes para despejar el dolor de cabeza. Llenó el tarro otra vez para tomar de el- Así no tendrías que vagar de noche en la ciudad- Dio un trago al vino

-"voy a morir por eso y no por los brujos"-Pensó sintiendo el ardor del alcohol en su garganta, como todos los días

-¿Que dices?-

-um...- No respondió por unos minutos, solo comió en silencio. No recibia muchos cumplidos y mucho ofertas de extraños borrachos... aunque a veces si pero el contexto era diferente.

No podía evitar imaginarse despertando en una cama todos los dias, comiendo así y en las mañanas y en general, un techo sobre su cabeza. Luego borraba esos pensamientos e inflaba el pecho orgulloso.

-l-lo siento.

Salvatore perdió su sonrisa y bajó la cabeza. Pero no paso mucho tiempo para que volviera a su estado normal.
-Supongo que eres una persona libre- Se levantó de su asiento, tomó la botella de vino y comenzó a beber directo de ella a grandes sorbos como si fuera agua. Se acercó al menor y lo tomó de un hombro

- ¿Pero estás seguro que no quieres?- Juntó su rostro al del muchacho raspándole la mejilla con su barba. Volvió a sonreír ampliamente antes de darle un fuerte golpe en la espalda- Es broma, hombre, sigue comiendo, puedes irte cuando desees- Caminó a la sala en busca de su bastón hasta pisar la perilla de la puerta y caer al suelo, con la cara por delante.

Se levantó adolorido, pensando en el tonto brujo que quemó su casa
-Maldita sea... Si vas a andar solo en la noche, ten mucho cuidado, Elizabeth- Tomó la perilla y se levantó sobando su barbilla.